Son 113 las razones que nos mueven a afirmar que Raúl Tamudo es más que un futbolista para el Real Club Deportivo Espanyol de Barcelona. 113 son los goles que el eterno capitán ha hecho con la camiseta blanquiazul. Ayer volvió a marcar y como en el Sánchez Pizjuán su tanto significó tres puntos. Tamudo partido tras partido agranda la leyenda y se consolida como el mejor jugador perico de todos los tiempos.
Lo del capitán del Espanyol es prácticamente de película. Porque es de película triunfar en el equipo que seguiste desde chico. Triunfar desde abajo y vivir la época más esplendorosa del club, ganando dos copas, llegando a una final de la UEFA y quitándole a tu eterno rival un título de Liga en su propio estadio. Una historia embellecida por el destino, que quiso que cuando estaba a punto de emigrar a las islas británicas un fallido reconocimiento médico echara para atrás su aventura. Una historia que comenzó a gestarse con la negativa del Barça a que recalara en su filial. Una historia curiosa y digna de contar.
Tamudo es el delantero que todo entrenador quiere en su equipo. Disciplinado, con calidad, veloz y pillo, siempre al acecho del fondo de las mallas. Inolvidable será por siempre aquella trastada que le jugó a Toni en la final de Copa de 2000, sólo al alcance de los más hábiles, de aquellos que saben pisar sin dejar huellas para luego resultar letales en el momento clave. Y lo mejor de todo es que, a diferencia de otrs enormes futbolistas, él gran Raúl nunca ha decaído y ha mostrado una regularidad impropia en este fútbol actual tan competitivo.
Con este post no descubro nada, simplemente quiero rendirme ante el mito viviente que sigue brillando domingo tras domingo como si tal cosa. Quiero rendirme ante este mito maltratado tantas veces por los seleccionadores nacionales que a penas lo han convocado. No se entiende que este futbolista no haya podido comparecer con España en una Eurocopa o un Mundial. No se entiende que sólo haya sido internacional en unas cuantas ocasiones. En cualquier caso, la ausencia de Tamudo en las grandes citas, como la de muchos otros que no han estado por no tener el cartel mediático necesario, explica los repetidos fracasos de nuestra selección.
Me encantaría que Tamudo tuviera su oportunidad en la Eurocopa. Ojalá la tuviera. Porque se lo merece. Porque nadie más que este futbolista de base, nadie más que este paradigma de hombre de club, tiene derecho a lucirse en una gran cita a nivel de selecciones. Por lo pronto sigue apuntillando a rivales y rivales, que tras sufrir sus picotazos no tienen otra cosa que admirarle. Ejemplo de fidelidad, de profesionalidad y de trabajo por unos colores. Enorme Raúl.
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